LA HISTERIA COMO FENOMENO EN LAS REDES SOCIALES

La histeria reflejada en las redes sociales es un fenómeno que se manifiesta cuando un gran número de personas reacciona de manera exagerada o desproporcionada ante ciertos eventos, noticias o situaciones que circulan en plataformas digitales.

ACTUALIDADMODERNIDAD

Beto Arcucci

3/6/20255 min read

Periodismo y cultura

Las redes sociales han convertido el mundo en un gigantesco diván donde la histeria moderna se manifiesta con cada like, comentario y cancelación. Freud veía en la histeria un conflicto interno, una tensión entre el deseo reprimido y la realidad impuesta. Hoy, ese conflicto se multiplica en pantallas, donde la búsqueda de validación choca con la crueldad del homo homini lupus, la lucha del hombre contra el hombre, amplificada por algoritmos que alimentan el caos.

¿Hasta dónde llega la paradoja de sentirnos más solos entre millones de seguidores? Las redes nos venden cercanía, pero cultivan una soledad que alimenta la histeria: el miedo a ser invisibles, a no ser suficiente. Entre filtros y temas de tendencia, ¿Será que, en esta vorágine virtual, lejos de conectar, desnudamos nuestra esencia más primitiva? ¿Estamos ante una nueva forma de histeria colectiva o simplemente es la naturaleza humana reflejada en píxeles?

La histeria ("hystera" en griego antiguo significa útero) es un término histórico que se utilizaba para describir un conjunto de síntomas físicos sin causa médica aparente, pero en la actualidad se comprende y se aborda desde una perspectiva más integradora dentro del campo de la salud mental.

Fue en el siglo XIX cuando la histeria comenzó a ser conceptualizada como una condición médica y psicológica más compleja. Los trabajos de médicos como Jean-Martin Charcot, un neurólogo francés, y Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, desempeñaron roles significativos en la comprensión y conceptualización de la histeria.

En el contexto del psicoanálisis, la histeria se concibe como un tipo particular de neurosis que originalmente se asociaba predominantemente con las mujeres, pero en la actualidad se reconoce que puede manifestarse en personas de cualquier género.

Se entiende como una estructura clínica que afecta tanto a hombres como a mujeres, y su comprensión ha evolucionado para abarcar una gama más amplia de experiencias y manifestaciones clínicas en la teoría psicoanalítica contemporánea.

En la obra de Freud, la histeria adquiere una relevancia fundamental, marcando un punto de inflexión desde la medicina hacia el psicoanálisis. Freud caracteriza la histeria como una neurosis originada en un evento sexual cuyo recuerdo no ha sido correctamente procesado, convirtiéndose en un factor patógeno que desencadena síntomas.

Este evento, a menudo una fantasía de seducción, permanece reprimido hasta que otro incidente lo activa retroactivamente, desencadenando así la aparición de los síntomas.

La histeria reflejada en las redes sociales es un fenómeno que se manifiesta cuando un gran número de personas reacciona de manera exagerada o desproporcionada ante ciertos eventos, noticias o situaciones que circulan en plataformas digitales.

Este comportamiento puede ser resultado de diversas causas, como la falta de información verificada, la influencia de rumores o noticias falsas, la propagación rápida de contenidos sensacionalistas, entre otros factores.

En las redes sociales, la histeria puede propagarse rápidamente debido a la viralización de contenido y la capacidad de las plataformas para amplificar y multiplicar el impacto de ciertas narrativas o emociones.

Además, la facilidad para expresar opiniones de manera anónima o desde perfiles protegidos puede contribuir a exacerbar la histeria y generar un ambiente de tensión y alarma colectiva.

Elegimos siempre más de una perspectiva para visualizar la problemática que estamos tratando, como por ejemplo la primera desde la percepción del "homo homini lupus" del latín significa "el hombre es un lobo para el hombre", atribuida al filósofo Romano Plauto, en su obra "Asinaria" refleja la capacidad humana para comportarse cruelmente.

Pero fue popularizada por el filósofo inglés Thomas Hobbes en su obra "Leviatán" (1651), donde la usa para describir la naturaleza humana en estado de naturaleza, es decir, antes de la organización social y política. Hobbes la emplea para argumentar que, sin un orden social, los seres humanos tienden a ser egoístas y destructivos entre sí.

En las redes sociales, esta idea se ve reflejada en la histeria que puede conducir a la difusión de rumores, el acoso cibernético y otros comportamientos negativos. Es una metáfora que señala cómo los individuos pueden actuar de manera destructiva cuando se dejan llevar por emociones descontroladas o sesgos intelectuales. Esto se manifiesta en fenómenos como el cyberbullying, la cancelación, la difamación y la viralización de conflictos.

Las redes sociales, al ser un espacio donde el anonimato y la distancia física reducen la empatía, pueden exacerbar los instintos más agresivos y competitivos de las personas. Esto refleja la idea de Hobbes (y Nietzsche) de que, sin un orden social que lo regule, el ser humano tiende a la destructividad.

Nietzsche desde la perspectiva del "Ecce Homo" del latín significa "He aquí el hombre" nos ayuda a entender cómo la construcción de la identidad y la expresión de lo reprimido se manifiestan, donde las personas buscan validación y reconocimiento, pero también proyectan sus conflictos internos.

Relacionar la histeria en las redes sociales con "Ecce Homo" de Nietzsche y Freud nos ofrecen herramientas poderosas para analizar el comportamiento humano en las redes sociales, donde la histeria y la agresividad son fenómenos frecuentes, pero también reflejos de tensiones psicológicas y sociales más profundas.

En las redes sociales, la histeria puede reflejar la complejidad humana y sus contradicciones en un entorno digital y público. Se refleja en la (identidad curada), donde las personas presentan versiones idealizadas o distorsionadas de sí mismas.

Y por último entrando en lo más racional, en la corriente filosófica que enfatiza el papel de la razón y la lógica en la adquisición del conocimiento y la comprensión del mundo. Surgida durante los siglos XVII y XVIII, donde uno de sus representantes más destacados incluyen al "cogito ergo sum"- "pienso, luego existo", formulada por Descartes como parte de su método de duda.

La histeria desde el COGITO ERGO SUM en el contexto de las redes sociales podría plantear la existencia basada en el pensamiento: pienso, luego existo. En la era digital, esto podría reformularse como "soy visto, luego existo", donde la validación externa se convierte en la prueba de la propia existencia.

Desde esta óptica, la histeria en las redes sociales surge cuando el sujeto, en su afán de ser reconocido, construye una identidad digital dependiente de la mirada del otro. La necesidad de los (me gusta, compartidos, comentarios) refleja una crisis del yo, donde el pensamiento propio ya no basta para afirmar la existencia.

La histeria se manifiesta en la urgencia de opinar, reaccionar y pertenecer, generando un ruido constante en el que la angustia cartesiana de la duda se reemplaza por la angustia de la invisibilidad.

Sigmund Freud, con su estudio de la histeria, y pensadores como Hobbes y Nietzsche, nos ofrecen claves para entender la naturaleza humana en su estado más crudo. Hobbes señaló que, sin un orden social, el ser humano tiende a la destructividad, algo que se amplifica en las redes sociales, donde el anonimato y la distancia reducen la empatía y exacerban los instintos más agresivos. La histeria en este espacio digital no es solo un fenómeno individual, sino un reflejo de tensiones psicológicas y sociales profundas, donde la identidad se construye y se distorsiona en busca de validación.

La era digital reformula el cogito ergo sum, el PIENSO, LUEGO EXISTO: por el hoy, "SOY VISTO, LUEGO EXISTO”. La validación externa de LOS LIKE “ME GUSTA”, “LOS SEGUIDORES”, se convierte en prueba de existencia, como un Ecce Homo contemporáneo donde exhibimos nuestra propia crucifixión emocional. ¿Será que, entre la histeria y la performance digital, descubrimos no solo nuestra fragilidad, sino también la profunda tensión entre autenticidad y supervivencia social?